El pasado sábado 6 de agosto se conmemoró en Santana, barrio de la zona norte paulistana, el 197° Aniversario de la Independencia del Estado Plurinacional de Bolivia. Conversamos con dos artistas bolivianas que participaron de “la entrada” de este año.

Grupo Folclórico Cultural Kantuta Bolivia. Foto: Camila I. Medail 

El sábado 6 de agosto, la plaza Heróis da FEB fue ocupada desde temprano por personas migrantes bolivianas, de otros países y brasileñas. Los trajes, con sus brillos, bordados y lentejuelas, el humo de las bengalas y las banderas de Bolivia y Brasil llenaron de color la plaza, espantando las nubes y el frío del invierno paulistano. 

Las Fiestas de la Independencia de Bolivia en São Paulo comenzaron a  celebrarse en 1999 en los alrededores de la Iglesia Nossa Senhora da Paz, en el barrio Liberdade. En 2006, la conmemoración fue trasladada al Memorial da América Latina, en Barra Funda, en donde se realizó hasta 2019, cuando fue suspendida por la pandemia de Covid-19. Después de una pausa de tres años, en 2022 se realizó por primera vez en la plaza Heróis da FEB, en Santana. El espacio, más amplio que el Memorial, estaba organizado con vallas que marcaban el recorrido de los grupos folclóricos y, para agasajarnos con los sabores andinos, había una feria gastronómica y de artesanías bolivianas.

Fotos: Camila I. Medail

La Fiesta de la Independencia es organizada por la Associação Cultural Folclórica Bolívia- Brasil (ACFBB), que actúa hace más de 15 años con el objetivo de  “promover el folclore y la diversidad cultural además de los valores religiosos que identifican al pueblo boliviano con sus tradiciones y raíces”.  

La celebración comenzó por la mañana con un acto cívico y una misa en la Plaza Kantuta, en Canindé, una plaza revitalizada por la comunidad boliviana donde cada domingo se realiza una feria gastronómica y cultural. La fiesta continuó en Santana, donde comenzó la “entrada” o desfile de las fraternidades – agrupaciones folclóricas de danza y música tradicional boliviana – que ensayan durante el año entero para esta ocasión. Los trajes, instrumentos musicales y máscaras son traídos de Bolivia y muchas fraternidades suelen contratar bandas musicales bolivianas para acompañar el trayecto.

Fotos: Corina Demarchi

La importancia de esta conmemoración, la mayor fiesta de la comunidad boliviana en São Paulo, radica no sólo en el valor cultural y folclórico, sino también en la ocupación del espacio público y en la reivindicación del derecho al disfrute. Se trata de la visibilización de una comunidad que vive, trabaja, sueña y construye la ciudad que habita. En este sentido, se trata también de un acontecimiento político de conexión con las tradiciones y lo ancestral y de fortalecimiento de vínculos comunitarios. Esto queda expresado en las dos narrativas que traemos a continuación. Beatriz y Tania, migrantes y artistas bolivianas que participaron de la entrada de este año, nos comparten sus experiencias.   

Beatriz, de la Comunidad Autóctona Vientos del Ande

Beatriz junto a su marido, hijos y otros compañeros de Vientos del Ande. Foto: Beatriz Morales Barroso

Beatriz tiene 58 años, es boliviana, nacida en la ciudad de Oruro. Hace 29 años que vive en São Paulo y 28 años que participa de grupos folclóricos como bailarina y tocadora. En 1994, se sumó al histórico grupo de danza, teatro y música boliviana Raza India. Con el tiempo, fue participando de otros grupos de música autóctona, como Jacha Sikuris de Italaque, Kollasuyo Maya  y Comunidad Autóctona Vientos del Ande, junto a su esposo y sus hijos.

Como ella nos cuenta, al comienzo las mujeres participaban de las danzas, pero con el tiempo empezaron a tocar:

Bueno ahí estábamos también tocando tarkas con las chicas, había de varias nacionalidades, de Perú, de Brasil, o sea la directora de danza dijo: ¿por qué no podemos tocar nosotras? Entonces nos comenzaron a enseñar música: zampoñada, tarka, todo eso.

 En 2016, Beatriz, junto a algunos compañeros de Raza India y Jacha Sikuris de Italaque, fundaron el grupo Comunidad Autóctona Vientos del Ande: El arte nos unía. Entonces el 6 de agosto no dejamos nunca de tocar.

Durante la pandemia por Covid-19  se suspendieron las fiestas y conmemoraciones. Para Beatriz fue un gran vacío:

Todo el grupo sentimos de alguna manera ese vacío, volver después de 3 años fue como tener guardado todas las ganas y esa arte que nos une a todos y a todas, al final somos como familia, somos comunidad y somos migrantes aquí en este país. 

Este año, participaron en la entrada con Vientos del Ande casi 50 personas, entre danzarines, tocadores y apoyadores. Beatriz nos cuenta que para esta entrada decidieron tocar otro género musical:

Antes tocábamos Qantus de zampoñadas, pero como cumplimos 3 años, hemos decidido por votación que este año iba a ser Italaque. Entonces músicos de otros grupos, de Jacha Sikuri, vinieron a integrarse. ¡Me gustó este año que todos han participado! Como siempre nuestra cultura como inmigrantes nos une, la música… eso es lo más lindo que hay! y yo creo que la virgen, también la fe nos une.

Para Beatriz, participar de las celebraciones es una forma de agradecimiento a las vírgenes de Copacabana, de Urkupiña y la Candelaria del Socavón, pero además significa:

La alegría de mostrar la música, el vestuario y de alguna forma no olvidar mi identidad, que mis antepasados me dejaron, de respeto de nuestras raíces culturales. Y también del mes de agosto, que recordamos a nuestra Pachamama, hacemos ch’alla y el ritual con la k’oa. Entonces para mí, son buenas nuevas para el año, es algo especial. Y también el 6 de agosto es de recordaciones de respeto, la independencia de Bolivia, que este año cumplió 197 años.

Finalmente, Beatriz nos habla de su experiencia como mujer migrante y resalta el aporte cultural que la comunidad migrante boliviana realiza en São Paulo:

Como mujer ha sido una experiencia de muchas conquistas, donde aprendí a valorar las oportunidades que tuve y como inmigrante es un orgullo poder mostrar nuestra diferencia cultural, ganar amistades, intercambiar saberes, hacer esto al mismo tiempo junto a mi familia que siempre me apoyaron, mis hijos, mis nietos y mi esposo. Me siento feliz de poder colocar un granito más a esta ciudad grande que es una metrópoli, San Pablo, Brasil. Solo me queda agradecer por todo lo bueno que me ha dado Dios, que me han dado los dioses, la Pachamama, Tata Inti, Mamaquilla y por todo eso doy gracias y solo me queda decir: Jallalla! 

Tania de los Caporales Grupo Folclórico Cultural Kantuta Bolivia

Tania y su mamá. Foto: Raul de Lima

Tania tiene 24 años, es boliviana y llegó a Brasil con 7 años en 2006. Es estudiante y bolsista de la Galería de Arte de la Unicamp. Este año fue la primera vez que participó de una fraternidad y de la entrada del 6 de agosto. Como ella nos explica, el Grupo Folclórico Cultural Kantuta Bolivia fue uno de los primeros grupos folclóricos de São Paulo. Tania, que prefirió responder en portugués, nos cuenta que en 2019 el grupo tenía más de 150 integrantes, pero que con la pandemia algunas personas salieron. 

Em 2022, que foi o ano que eu entrei no grupo, ele está contando em torno de 100 pessoas. O que eu percebi é que tem bastante meninos no grupo, mais do que meninas. A gente divide as tropas das cholitas, a tropa dos machos e a tropa das machas. E aí a tropa dos machos é a que tem mais integrantes pelo que a gente vem percebendo, visualmente dá para ver.

Sobre comenzar a danzar caporales en el Kantuta Bolivia, Tania explica:

Eu estava com muita vontade de bailar caporales e eu estava procurando uma fraternidade para entrar aqui em São Paulo, eu estava na dúvida do qual grupo escolher, e o que me fez escolher o Kantuta Bolivia foi que esse grupo tem origem aqui em São Paulo mesmo. Ele é originalmente da comunidade imigrante boliviana.

Tania también nos habla sobre la vestimenta de este año y sobre cómo los trajes tienen relación con la cosmovisión andina y con la construcción de identidad del grupo:

Umas das coisas que sempre me chama a atenção são os trajes, a cada ano escolhem um animal para homenagear no traje, animais que tem um sentido para a cosmovisão andina ou para a cultura boliviana. E essa escolha é uma coisa recente (…) No traje desse ano o animal homenageado foi a serpente, que eu acho que na cosmovisão andina a serpente é quem equilibra o mundo, entre o céu e a terra. Não sei muito bem sobre a filosofia andina, na verdade é uma coisa que eu venho aprendendo, mas eu achei muito poético isso, né? E eu, como sou artista, achei muito lindo poder pensar nessa construção da identidade dentro do traje, bem sutil também. Achei isso muito lindo.

Para Tania participar de la entrada del 6 de agosto danzando caporales tiene significado especial:

Para mim, é um desafio, mas na verdade o principal é que é um sonho de infância, é um uma coisa que eu quero fazer há muito tempo, dançar uma dança folclórica boliviana. Porque vira e mexe não dava, pela questão econômica, depois porque estava estudando, entrando na Universidade, e tem que ensaiar, né? Caporales é uma dança que tem muitos passos, tem que ter uma disciplina ali. (…). Então para mim foi muito emocionante entrar nesse 6 de agosto porque foi um sonho de infância cumprido, junto com a minha mãe principalmente, a minha família que sempre tem me apoiado tanto economicamente como emocionalmente, então fico muito grata a ela principalmente. Esse sonho foi possível por conta dela. 

Por último, Tania remarca la importancia de participar de la fraternidad y de la entrada en tanto fortalecimiento de los vínculos y los afectos con su comunidad:

Tem sido uma aproximação com a comunidade boliviana mesmo, porque esse tempo que eu estava estudando em outra cidade eu tinha me afastado um pouco e aí me aproximei mais da comunidade boliviana. Sinto que dançando me aproximei mais com os meus mesmo. Então foi muito significativo e muito importante para mim, gostei muito, dancei com muita felicidade e espero dançar mais vezes e outras danças também.

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Los relatos de Tania y Beatriz hablan de los múltiples significados de conmemorar las fiestas y tradiciones de su país de origen, que ahora son también las fiestas y tradiciones de São Paulo, el lugar que habitan.

Agradecimientos:

Beatriz Morales Barroso (IG: @bia.manu.77)

Tania Sahire (IG: @taniasayri)

Camila I.Medail (IG:@cammedail)

Rocio González (IG: @ro.gonzalez.analogica)

Liza Acevedo Sáenz (IG:@lizasaenz01)

Raul de Lima (IG: @rauldelima)